Modelo de la Captura de Carbono - Bonos
Basado en un modelo de simulación con Vensim
Caro Martinez
caro.mon11@yahoo.com.ar
El cambio climático ocasiona numerosos problemas a nivel mundial y es por ello que los países decidieron realizar distintas acciones como reducir la emisión de gases que resultan nocivos para el medio ambiente y en especial que favorecen el calentamiento global con sus múltiples consecuencias. En este contexto se redactó el protocolo de Kyoto que entre otros ítems propone tres mecanismos como estrategias para reducir los gases que afectan al cambio climático. Entre ellos se encuentra el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) en el que se incluye el secuestro de carbono de los bosques. Este que es el único mecanismo que se realiza en países en desarrollo comprende, entre un amplio espectro de posibilidades, proyectos de forestación y reforestación que por medio de la biomasa de la vegetación acumulan de forma temporal volúmenes de carbono. Los valores de carbono que se absorben son estimados mediante diversas técnicas propuestas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) o por otras instituciones para luego determinar el volumen comercial en el mercado internacional.
El objetivo es que los países que necesitan reducir las emisiones, que se incluyen en el Anexo I del protocolo, compren bonos de carbono y en forma paralela que los países en desarrollo logren el desarrollo sustentable.
En la mayoría de los países en desarrollo, especialmente en Centroamérica y Sudamérica, existe un alto porcentaje de comunidades rurales y comunidades originarias que se vinculan a grandes extensiones de sistemas boscosos. Comúnmente se autoabastecen de la naturaleza y coexisten con un sector forestal que se encuentra lejos del desarrollo tecnológico y de técnicas adecuadas para el manejo del bosque.
Las exigencias del mercado de carbono y los costos para su ingreso resultan muy elevados por lo que se incorporó una alternativa más flexible conocida como mercado voluntario. Además de la forestación y reforestación, el mercado voluntario incluye proyectos de deforestación evitada y mejora en la gestión, por ejemplo: conversión de bosques manejados a bosques protegidos, extensión de la edad de rotación en bosques uniformes, conversión de bosques de baja producción a bosques productivos a través de: mejora de la densidad de bosques, introducción de especies, mitigación de eventos de perturbación, plantaciones de enriquecimiento, aplicación de técnicas de ordenación.
El mercado voluntario es relativamente nuevo pero creciente. En especial si se considera que el primer período para la reducción de emisión de gases a la atmósfera era hasta el año 2012 y que la mayoría de los países no redujeron sus emisiones e incluso las aumentaron. Por ello es que se desea extender el plazo hasta el 2020-2030, lo que permitiría la inserción de nuevos proyectos.
En general las distintas etapas que deben pasar y superar los proyectos son numerosas, costosas y estrictas. Los países en desarrollo ofrecen distintas propuestas para el mercado de carbono pero los proyectos relacionados a los bosques sólo representan el 1 %.
En primer lugar el proyecto tiene que demostrar que su aplicación es efectiva. Es decir que comparando con la línea base o estado anterior al proyecto, la reducción de carbono debe ser positiva, lo que se conoce como la adicionalidad.
Por otra parte, es necesario pensar que los bonos de carbono que se comercializan se hacen por un valor menor al que se estima y por lo tanto los valores de absorción deben ser lo suficientemente altos y precisos como para justificar todo el proceso técnico.
En el caso de los sistemas boscosos ha de tenerse en cuenta varios aspectos. En primer lugar comprender que el secuestro de carbono que realizan los árboles a través del proceso de fotosíntesis dependerá de la edad, la especie y la sanidad de los árboles. La captura de carbono será mayor a medida que el manejo sea más eficiente a través de cortes de saneamiento, podas y cuidados generales. Por ejemplo, en plantaciones forestales, la reducción de malezas aumenta la capacidad de retención de carbono en los árboles.
Si consideramos el bosque en su totalidad representa un sistema muy complejo que se compone por diversos elementos. Además de los árboles en pie los componentes no arbóreos (gramíneas, hierbas), el material sobre el suelo (tocones, ramas, cáscaras, semillas y hojas), el subterráneo (raíces mayores a los 2mm de diámetro), troncos caídos (árboles muertos en pie o caídos), materia orgánica muerta (hojarasca, frutos y semillas en descomposición) y carbono del suelo, almacenan el CO2 y generan un stock de carbono secuestrado de acuerdo a distintos procesos. Lamentablemente la escasez de información acerca de las características de las especies y las metodologías para la medición de la biomasa y otros datos dificulta el avance de los proyectos.
El modelo que se esquematizó se basa en el manual que publicó el ICRAF (Centro Mundial Agroforestal) para experiencias con pequeñas comunidades rurales. Las metodologías propuestas son novedosas y contemplan los distintos elementos del sistema. En este sentido es posible imaginar que el modelo se aplique tanto para la etapa de investigación como para la etapa de presentación de un proyecto en el mercado. Es un esquema que puede servir como base para conocer la información que se debe tener para realizar los cálculos de secuestro de carbono y determinar la factibilidad del proyecto. Saber cuánto hay, cuánto podría tener con manejos y cuidados y cuáles serían las ganancias.
Para cada componente que se nombra en el modelo (arbóreo, no arbóreo, subterráneo, etc.) se calcula la biomasa y luego se obtiene la cantidad de carbono. En el caso de la biomasa existen distintas metodologías para cada elemento. En general existen ecuaciones que combinan la altura y el diámetro de las especies de árboles en pie y que, por región o por especie, ya está determinada. También se puede calcular de forma directa cortando árboles y calculando su biomasa seca previo corte y secado en estufas. Para el resto de los componentes se recolecta material y se estima su biomasa luego del secado en estufa y peso del material. Para troncos caídos se utilizan las fórmulas de los árboles por especie y se le resta del 2 al 3 % de la biomasa del suelo que es lo que tendrían en hojas, frutos, etc. Y para la materia orgánica del suelo las muestras se llevan al laboratorio y luego se transforman los valores con factores para obtener el carbono por tonelada. Luego siguiendo las sugerencias del IPCC se considera que el carbono corresponde a la mitad de la biomasa y por ello se multiplican todo los valores, excepto el del suelo, por 0,5.
Lo explicado hasta el momento corresponde al carbono presente o actual. Luego, en otro período, deberán realizarse las mediciones nuevamente y determinar si existe un incremento en la captura. Esto significaría que si se plantan nuevas superficies se deberá calcular la biomasa esperada para la especie (en el caso de una expansión de una plantación forestal) o las especies plantadas (en el caso de una restauración). Además se debe suponer que en un manejo forestal se hará una explotación comercial del bosque y por ello se obtendrán productos como rollos, leñas, tablas, que son otra forma de secuestro de carbono que debe sumarse al volumen acumulado.
Con todos los cálculos realizados se obtiene la captura de carbono, pero en el mercado se comercializa el CO2 e (dióxido de carbono equivalente). Este valor representa el carbono en forma de dióxido de carbono que se secuestraría y para calcularlo se tienen en cuenta los pesos moleculares del C y CO2. Se divide 44 (peso molecular de CO2) por 12 (peso del carbono) que da un valor de 3, 67 que es la tasa o valor de conversión. Entonces se multiplica el valor de carbono total por 3,67 y se obtiene el valor a comercializar en tonelada.
El precio del carbono es muy variable. El precio promedio de un crédito de carbono voluntario entre proponentes de proyecto y compradores fue de US$7.34/tCO2e en 2008, $6.10/tCO2e en 2007 y $4.10/tCO2e en 2006. Los artículos al respecto indican que es un precio que aumentó a lo largo de los años pero que ciertos eventos hacen retroceder sus valores. Por ejemplo cuando Estados Unidos no ratificó el protocolo el precio de los bonos bajó. Los valores también se relacionan con la calidad del proyecto, el organismo que certifique y los múltiples períodos de aprovechamiento que se prevean. El costo también esta relacionado al costo inicial para realizarlo. Así los proyectos de conservación tienen un menor costo que los de reforestación y por lo tanto su precio es menor.
Los proyectos de pequeña escala son aquellos que absorben hasta 16.000 toneladas de CO2e por año. Debido a que los precios para ingresar al mercado y las certificaciones son elevados es probable o en general se busca la asociación de grupos para reducirlos. El área para el proyecto puede ser una finca o varias agrupadas, se deben comprometer a realizar cambios o mejoras de manera continua. Para la elaboración del proyecto es posible que se obtenga un indicativo o valor promedio por región, ambiente o área y dependiendo si el proyecto es para reducir o evitar la emisión de carbono como la conservación de bosques, manejo forestal sostenible entonces la medición de árboles y hojarasca es necesario; pero si el objetivo es la reforestación (captura de carbono) como restaurar vegetación nativa, plantaciones forestales y plantaciones agroforestales y además dependiendo el mercado donde se desee comercializar, serán necesarios los valores de árboles, no arbórea, madera muerta, hojarasca. Todos los valores que se presenten deben después poder comprobarse, de ahí la importancia de la precisión en la medición.
Es evidente que el modelo será más sencillo de aplicar en plantaciones de monocultivos que en el caso de los bosques naturales donde deba realizarse una sumatoria del stock de carbono arbóreo de las especies más importantes del bosque y calcular el resto de los valores como se expresó.
El modelo representaría la captura en bruto y estipularía las ganancias obtenidas por su venta en el mercado voluntario. Representaría una guía para la investigación y/o para insertar el proyecto en el mercado.
Este proyecto se propone en el marco del Protocolo de Kioto en 2005 en relación a los efectos producidos por el cambio climático y la relevancia que ha adquirido en los últimos años. El mecanismo de desarrollo limpio impulsado por el protocolo aumenta las posibilidades de uso de los bosques inserto en una red de planes de acción para mitigar los efectos negativos de la contaminación y las nuevas tendencias de emisión de bonos que estimulan el manejo de bosques y futuras plantaciones.
La propuesta del proyecto se basa en generar un modelo que se aplique a los proyectos que deseen ingresar al comercio de bonos. Para ello cada proyecto debe conocer el stock de carbono que la actividad genera considerando los distintos estratos del bosque; es decir, árboles, arbustos, hojarasca, suelo, raíces, troncos caídos. En este sentido se calcula el stock de carbono: arbóreo, no arbóreo, del suelo, subterráneo, de troncos caídos, materia orgánica muerta y el orgánico del suelo.
El stock de cada depósito se basa en el valor de biomasa de cada grupo el cual se multiplica por un factor de conversión que generalmente es 0,05 (IPCC).Las mediciones de biomasa resultan necesarios en los depósitos como árboles y hojarasca, pero su medición dependerá del tipo de proyecto. Por ejemplo para restauración, plantación, conservación, etc; no son indispensables debido a las dificultades técnicas y económicas para obtenerlas por lo que se pueden omitir del modelo dependiendo el caso.
Con este modelo es posible estimar la captura de carbono efectiva (Stock de Carbono Presente) y la existencia de un excedente que pueda considerarse para el mercado de los bonos si se planifica ampliar la plantación, cambiar o combinar especies (Stock de Carbono Futuro). También se puede considerar el carbono retenido en los productos secundarios como leña.
Al final se obtendrán las Tn de C/Ha (Toneladas de carbono por hectárea) que es el Carbono a Vender y multiplicado por el factor de conversión de carbono a CO2 (3,67) y el precio del bono se tienen las ganancias esperadas del proyecto por año.
(*) Puede solicitar información más detallada de este trabajo al autor
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