IANC. Análisis de las pérdidas de agua en sistemas de abastecimiento
Basado en un modelo de simulación con Vensim
David Ramírez Cardona
daraca01@hotmail.com
Uno de los principales parámetros de eficiencia de los prestadores de servicio de agua
potable en Colombia es el índice de agua no contabilizada (IANC); este indicador incluye la
pérdida técnica, la pérdida no-técnica, el consumo legal no-facturado y las pérdidas
comerciales. Los entes reguladores han establecido el nivel de pérdidas aceptables en un
30% del agua producida, situación que ha llevado a las empresas prestadoras del servicio de
abastecimiento a crear estrategias para controlar y disminuir su actual IANC, ya que un
elevado índice de pérdidas refleja una ineficiente labor del prestador del servicio, lo cual
puede tener repercusiones ambientales, sobre el equilibrio económico de la empresa y por
parte de las empresas reguladoras del servicio, que en el territorio nacional son la Comisión
de Regulación de Agua Potable y Saneamiento (CRA) y la Superintendencia de Servicios
Públicos Domiciliares (SSPD).
Actualmente, la empresa de acueducto de Cali presenta un
índice de pérdidas de agua del 54%, situación que se pretende controlar por medio de
acciones tanto técnicas como comerciales y con las que se pretende disminuir el indicador
para evitar posibles sanciones.
La urbanización, junto con su inseparable desarrollo industrial, tiene profundos impactos
sobre el ciclo hidrológico tanto cuantitativa como cualitativamente (Zapata, 2009);
adicionalmente, se encuentra la evidencia del cambio climático el cual se está produciendo
a escala planetaria y que, en términos hidrológicos, significará una disminución del agua
disponible.
Aunado a lo anterior, se debe tener en cuenta el ciclo antrópico del agua, en el cual, se
produce la intervención humana generando modificaciones al ciclo natural conocido,
disminuyendo la calidad del agua apta para consumo y reduciendo, por ende, las fuentes de
suministro.
Los recursos hidráulicos disponibles en las cercanías de las ciudades se están degradando a
tal punto que aumenta substancialmente el costo marginal de su abastecimiento. Esto
aumentos surgen de la necesidad de explotar fuentes nuevas en ocasiones remotas, así
como de los mayores requisitos de tratamiento a raíz del deterioro de la calidad del agua.
Como ejemplo de lo mencionado, en Colombia 67m3/s de agua residual son descargados en
fuentes hídricas y solo el 8% es tratado previo a su vertimiento (DNP, 2002 citado por Peña,
2003)
En el caso de las empresas abastecedoras de agua, cada volumen del fluido que se extrae de
las fuentes para ser potabilizada y transportada por la red de distribución urbana, que es
entregada a un cliente, que se consume y no es registrado, es suministrado por la empresa
de forma gratuita(IMTA, 2007). En tales casos, no se recibe ninguna compensación
económica por el servicio prestado, lo cual puede generar un impacto importante sobre el
equilibrio económico de la compañía (Arregui et al., 2006) y en especial sobre el valor del
Índice del Agua No Contabilizada (IANC); el cual es calculado como la diferencia entre el
volumen que capta el sistema de acueducto y el volumen de agua que se entrega y factura a
los usuarios (Gómez, 2003).
El Banco Mundial (2013) estimó que el 45% del agua producida en América Latina es agua no
facturada, situación que no es ajena a la actualidad del sistema de acueducto de las
Empresas Municipales de Cali EMCALI EICE ESP, el cual enfrenta nuevos retos en materia de
reducción de pérdidas pues ha alcanzado niveles superiores al promedio determinado para
América Latina, siendo esta una situación dramática para la empresa y con lo cual se estaría
aportando negativamente al Objetivo del Desarrollo del Milenio que garantiza la
sostenibilidad del medio ambiente y para lo cual se plantearon entre otras, las metas de
integrar los principios del Desarrollo Sostenible en las políticas y los programas nacionales y
reducir la pérdida de recursos del medio ambiente (PNUD, 2014).
En los últimos años, al concebir los sistemas de abastecimiento de agua, además de los
conceptos de cobertura, calidad, continuidad, cantidad y costos, se ha dado énfasis a los
problemas relacionados con el uso eficiente del agua puesto que, actualmente se gastan y
utilizan de manera ineficiente grandes cantidades de la misma y, a menudo, la demanda está
creciendo mucho más rápido de lo que la naturaleza puede abastecer (Fernández y du
Mortier, 2005). Lo anterior implica el desarrollo de procesos orientados a la reducción de la
cantidad del fluido empleado en las diferentes actividades de los sistemas; por lo tanto la
pérdida de agua es un tema de relevancia porque ésta es un recurso limitado y no siempre
disponible (Sánchez, 1999 citado por Sánchez et al., 2011), por ende, Con el tiempo, será
cada vez más difícil equilibrar la demanda con la oferta (Cabrera et al., 2002)
Uno de los principales parámetros de eficiencia de los prestadores de servicio de agua
potable es el índice de agua no contabilizada (IANC); este indicador incluye la pérdida
técnica, la pérdida no-técnica y el consumo legal no-facturado. La suma de estos dos últimos
componentes constituye la llamada pérdida comercial (CRA, 2007).
Para determinar el nivel de eficiencia de los prestadores con relación a las pérdidas de agua
es necesario clasificarlas adecuadamente para definir, exactamente, que pérdidas están
fuera del control del prestador y cuales son resultado de la gestión de la empresa (CRA,
2007).
Si bien Colombia no registra un índice de estrés hídrico alto, ocupando el séptimo puesto en
el ranking mundial de los países con mayor disponibilidad de recursos hídricos renovables
(WWF, 2012), se deben impulsar estrategias específicas dirigidas a minimizar la demanda de
agua para uso humano y atenuar la contaminación de los cauces receptores.
Si bien en todos los sistemas de abastecimiento presentan pérdidas, éstas presentan
características diferentes en cuanto a volumen y naturaleza, debido a factores como el
número de suscriptores y longitud de redes, las características de las tuberías, los
procedimientos operacionales de cada prestador, así como el nivel de tecnología y
conocimiento que se tenga para ejercer el control y reducción de dichas pérdidas.
Aunque el nivel de pérdidas de las Empresas Municipales de Cali EMCALI EICE ESP se
encuentre 24 puntos porcentuales por encima de lo establecido regulador, se debe
reconocer que con la implementación de las estrategias planteadas y con la consolidación
del grupo de trabajo, la tendencia de las misma es la de llegar a la estabilidad para
posteriormente enfocar los esfuerzos en la reducción hasta un nivel deseable.
Al igual que en cualquier empresa, es de vital importancia darle constancia al equipo de
trabajo que viene desarrollando el tema de las pérdidas de agua, lo anterior para garantizar
que la curva de aprendizaje siempre sea en ascenso y no se desperdicien las inversiones
realizadas en capacitación y manejo de la información.
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