La característica fundamental de un proyecto de entrenamiento es que hay un trabajo que hacer, y que este se va realizando progresivamente. Es necesario pues introducir en el modelo un mecanismo que nos cuantifique y elabore la dinámica del proceso cuando el proyecto se termine. Los retrasos que se producen son de naturaleza compleja y obedecen a ascendentes de fatiga o inhibición a las cargas frente a las lesiones y cuya causa suele ser descubierta cuando van a realizarse otros entrenamientos posteriores.
De la misma manera, en todo proyecto de entrenamiento existe una fecha de finalización que es la competición deportiva, que va a condicionar el ritmo de trabajo y la cantidad y calidad de los medios de entrenamiento, es decir, la tasa de energía mecánica empleada.
Desde esta perspectiva, se puede considerar a la Dinámica de Sistemas como una metodología apropiada para el conocimiento de las relaciones entre los diferentes sistemas de entrenamiento deportivo y sus adaptaciones funcionales.
Determinados los entrenamientos que se deben realizar, se hace necesario introducir una tasa de entrenamiento -energía mecánica- con la que operar en el tiempo. Dicha tasa determinara el ritmo y el comportamiento en la ejecución del mismo.
Las repeticiones y las sesiones que se dediquen a la adaptación biológica, junto a la potencia y la intensidad relativa que se propone en ellas, conforman el flujo de entrada hacia el nivel de saturación de las distintas manifestaciones de la fuerza que se pretenden desarrollar.
De la misma manera, el modelo experimentará un retraso de tercer grado en detectar los fallos y ausencias del entrenamiento, el cual, en nuestro caso, será coyuntural.
El estudio de las ecuaciones nos revela el complemento entre todas las manifestaciones de la fuerza dinámica máxima relativa, donde el valor inicial (0) de cada nivel de fuerza aumenta de forma exponencial a medida se va acumulándose el entrenamiento en proporción determinada por el flujo de Carga rel. y su suma será equivalente al total del nivel previsto. Por su parte los flujos de Carga rel. y abs., establecen una relación basada en la fórmula modificada de valoración de la carga de entrenamiento de la unidades de impulsos de entrenamiento -unidades TRIMPS- (Banister y Calver, 1980).
Originalmente nos basamos en una tasa de energía mecánica, de potencia y de repeticiones, concretas para cada manifestación de la fuerza, que es la esperada para cumplir el periodo de 12 semanas, que vendría a ser el tiempo necesario para que concluya el entrenamiento a un ritmo constante -la elección de las 12 semanas, no es arbitraria y se debe a las aportaciones experimentales que indican que el período de tiempo más propicio para el desarrollo de la fuerza máxima, hipertrofia, no debe de exceder las 10-12 semanas (González, . Pero sin considerar las incidencias que probablemente aparecen a lo largo de la realización del proyecto.
Entonces para considerar la necesidad de acelerar el avance del entrenamiento por la acumulación de entrenamientos previstos por los fallos explícitos es necesario determinar un tope de capacidad máxima de trabajo que viene a ser la capacidad de entrenamiento que es equivalente a los 22 [kJ/semana]. Una vez hecho esto, procedemos a determinar un ritmo de entrenamiento haciendo uso de una razón que viene a ser la división del entrenamiento previsto entre el plazo restante (que es el tiempo del que se dispone para terminar), el resultado es el entrenamiento requerido que no es sino una realización media de entrenamiento por semana para terminar justo en el plazo previsto.
Por su parte al entrenamiento se le incorpora un medio para dejar de entrenar cuando ya se ha concluido el proyecto.
Salvador Olaso Climent
solaso@inefc.es
(*) Puede solicitar información más detallada de este trabajo al autor