GUIA DE ARGENTINA
una mirada al infinito
Mario Guido Pérez mariogrperez@gmail.com
Así se hace el paisaje:
póngale cielo arriba, cielo por dos mitades,
un rebaño de nubes, un árbol solitario;
ponga una raya al medio, pero lejos, muy lejos
y déjeme quedarme soledad por mirarla,
por ver atardecer, porque si, por nada;
por ver volver las tórtolas simples, crepusculares;
déjeme en esta orilla donde miro hacia adentro
y donde me padece, como un niño, la sangre
Armando Tejada Gómez
Cuando era chico solía sentarme un rato en la galería de mi casa, durante los atardeceres de verano, y mirar hacia el horizonte rojo donde desaparecía el sol. Muchos años después se me ocurrió pensar que, inconscientemente, intentaba atrapar el infinito.
Es que Argentina, con sus enormes extensiones casi planas, una de sus características geográficas más distintivas, ofrece multitud de miradores donde es posible dejar que la vista se pierda sin más obstáculos que algunos árboles o las inevitables líneas de alta tensión, y jugar a imaginarse el infinito.
Es que este país, mi país, es mucho más que sus esporádicas apariciones en la prensa internacional a causa de un nuevo descalabro económico o por su participación en un campeonato mundial de fútbol.
A lo largo de sus casi 3.800 km, desde Ushuaia, en el Sur, a La Quiaca en el Norte, y desde el Océano Atlántico a la Cordillera de los Andes, la Argentina posee, además de su llanura, una variedad de paisajes, sean de montaña, de meseta,o la Mesopotamia, entre los ríos Paraná y Uruguay, a veces exageradamente fértiles, otras veces completamente desérticos.
Tan variable como su paisaje es su población: conviven en estos más de 3.700.000 km2 personas tan diversas como los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, los porteños, convencidos de ser los dueños del mundo, pero amigables y solidarios cuando se los conoce más profundamente, hasta los coyas de la Quebrada de Humahuaca con su eterna tristeza, los extrovertidos y simpáticos santafesinos y entrerrianos, los exagerados correntinos, los cordobeses orgullosos y doctorales, los bonaerenses preocupados por no ser confundidos con porteños, los pulcros mendocinos, los sureños y su patagónica soledad, los norteños con su clima caluroso que invita a dormir unas siestas demoledoras. Cada provincia con su tonada, su paisaje, sus personajes, su historia, sus reliquias.
Resumir tanta diversidad en un par de páginas es imposible. Baste pensar que Tucumán, en el noroeste argentino, la más pequeña de las provincias (sólo 50.000 km2) posee once microclimas y como mínimo tres paisajes claramente diferenciables, según a que altura respecto al nivel del mar nos encontremos.
Mostraré sólo algunos contrastes. En la primera foto se ve un paisaje litoraleño: son las costas del Río Paraná en Zárate, que es donde vivo. Al fondo se observa un tramo del puente Zárate-Brazo Largo, la "puerta del Mercosur". La segundo foto muestra el Cerro de los Siete Colores, en la Quebrada de Huamahuaca, bien al Norte, cerca del límite con Bolivia. Allí llegué recién cuarenta y ocho años después de haber nacido en este país, y mi asombro fue tan grande como mi orgullo. La foto 3 trata de abarcar la llanura y su inmensidad, pero en una circunstancia especial, inundada. Lejos, muy lejos, la línea casi recta del horizonte, como dividiendo el cielo en dos mitades.
Me quedan las playas bonaerenses, las cataratas de Iguazú, la Cordillera de los Andes, el Sur y sus mesetas interminables, la selva chaqueña, las sierras de Córdoba, la ciudad de Buenos Aires....mucho para andar y recuperar de este país tantas veces perdido por el olvido de sus propios habitantes. Es que, como dice Tejada Gómez
"Así se hace el paisaje, de mirar el origen
Cielo arriba los ojos. Y debajo, la sangre"
ARGENTINA: a glance to the infinity
When I was a child, I used to sit in the corridor of my house, during summer crepuscules, and look over the red horizon, menwhile the sun dissapeared. Some years later I felt that, unconciusly , I was trying to trap the infinity.
Argentina, one of wich most remarkables geographic caractheristiques are the enormous flat lands, offer a lot of belvederes that let the spectator to look over the horizon, without any kind of obstacles, except somes trees or the always present high tension lines, and play to imagine the infinity.
This country, my country, is much more than its sporadics apparitions in the international stages because a new economical disaster, or the Football World Champioship.
Along near 3800 km, from Ushuaia, in the extreme South, to La Quiaca, in the North and from the Atlantic Ocean , in the east, to the Cordillera de los Andes, in the west, Argentina has, besides plain lands, a great variety of landscapes: mountains, table-lands, the Mesopotamia between rivers Paraná and Uruguay, sometimes exaggerately fertiles, sometimes completely deserted.
So variable as the landscapes is people. In this 3 700 000 km2 live togheter the Buenos Aires´s citizens, the "porteños", convinced to be the owners of the World, but friendlies and solidaries when you know them more deeply, the "coyas" in the Quebrada of Humahuaca and their eternal sadness, the pleasant people from Santa Fé and Entre Ríos, the exaggerated people from Corrientes, the cordobeses, prouds and doctorals, the bonaerenses, always worried about the posibility to be confound as "porteños", people from the south and their "patagonic" loneliness, people from the hot north that invites to an afternoon nap. Each province with its way to talk, its lanscape, its personalities, its relics.
To resume so much diversity in a couple of pages is impossible. Consider the case of Tucumán Province, the more little province of this country. In no more than 50 000 km2 you can found eleven microclimates and three landscapes completely differents.
I only will try to show you some contrasts. In photo 1 is posible to see the shores of Paraná River, in Zárate, the city where I live. Crossing the river, the Zárate-Brazo Largo Bridge, known as "the door of the Mercosur". Photo 2 show us the "Cerro de los siete colores", in the Quebrada of Humahuaca, the North of the country, near Bolivia. I arrived there forty eigth years after I was born, and my astonishment was so great as my proud .Photo 3 tries to capture the inmensity of the flat lands, but in a especial circumstance: flooded. Far away the straight line of the horizon, as dividing the sky in two half parts.
It still remains the bonaerenses seashores, the falls in Iguazú, la Cordillera de los Andes in the west, the chaqueña forest , the mountains in Córdoba, Buenos Aires city...a lot to walk and recover of this country so many times lost because the bad memory of his inhabitants.
As Tejada Gómez said:
"It´s the way to built the landscape, looking to the origins
On you, the sky, and beneath, the blood"
(*) Si lo desea puede solicitar información más detallada de este trabajo al autor del texto